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Los últimos activistas de Greenpeace que permanecían encaramados a lo alto de una chimenea de 180 metros en la central eléctrica de Belchatow (Polonia) para protestar por el uso del carbón en la producción energética abandonaron hoy su protesta, con la que querían denunciar la política energética polaca días antes de que comience en ese país la próxima cumbre del clima. Los seis activistas, que se entregaron sin resistencia a la policía, dijeron que renuncian a la protesta por la mala calidad del aire que se respira en lo alto de la chimenea y el riesgo que conlleva para su salud.

La planta, operada por la eléctrica estatal PGE, es la mayor productora de energía de Polonia y la central de este tipo más contaminante de toda Europa, según Greenpeace.
Actualmente cerca del 80 % de la electricidad producida en Polonia se genera gracias al carbón. Mientras que la UE aspira a una reducción adicional de las emisiones de dióxido de carbono para lograr una economía más verde para 2050, el Gobierno polaco, que organiza la próxima cumbre del clima (COP24), continúa su apuesta por una industria energética basada en el carbón, denuncia la organización ecologista. Greenpeace recuerda los planes del Ejecutivo polaco de construir una nueva planta de energía eléctrica en Ostroleka, donde se prevé que se lleguen a consumir más de 10.000 toneladas de carbón diariamente, y su renuncia al desarrollo de la energía eólica.

EFE


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