Uno de los talleres más antiguos de Florencia, el Antico Setificio Fiorentino, abrió esta semana sus puertas para rendir homenaje al urdidor para la seda, una de las creaciones de Leonardo da Vinci, el genio del Renacimiento que murió hace 500 años. Fundado en 1786, este antiguo taller artesanal, actualmente propiedad de la familia Ricci, elabora desde hace más de tres siglos telas, cordones, lazos y cintas con el elegante estilo y color de la Florencia de los Medici.

“Es un museo que también es una fábrica”, reconoce la brasileña Briza Datti, diseñadora de interiores y encargada del sector comercial, que reside en Italia desde hace diez años. En el taller, situado en el corazón de Florencia, los cerca de 15 telares originales, realizados en los siglos XVII, XVIII y XIX, siguen trabajando e insertando preciosos hilos, entre ellos en el urdidor diseñado por Da Vinci, un verdadero tesoro.

AFP