Con su característica vela triangular, una embarcación que emprendió una expedición a lo largo de la costa oriental africana se parece mucho a un dhow tradicional, salvo por un detalle: fue construida con residuos de plástico recogidos en las playas kenianas. Para sensibilizar sobre los devastadores efectos de la contaminación por plástico, el «Flipflopi» emprendió el jueves en Lamu, en la costa norte de Kenia, un periplo de 500 kilómetros que lo llevará hasta la isla tanzana de Zanzíbar.
Sólo el mástil es de madera. El resto del barco fue construido con 10 toneladas de plástico reciclado. El casco fue posteriormente recubierto con 30,000 chancletas (flip-flop en inglés) recogidas también en las playas, que dieron al barco su nombre y su aspecto multicolor. «El ‘Flipflopi’ es la demostración de que podemos vivir de manera diferente», sostuvo Joyce Msuya, directora adjunta del PNUMA, en un comunicado. «Es un recordatorio de la necesidad urgente de replantearse la manera como producimos y utilizamos los plásticos de un solo uso».
AFP