Las autoridades rusas se han comprometido esta semana a liberar a un total de 10 orcas y 87 belugas de pequeños recintos localizadas en la bahía de Srednyaya –cercana a la ciudad de Najodka, en el este del país– después de las protestas de ONG animalistas, que describen el lugar como la «cárcel de las ballenas».
«Hemos tomado la decisión fundamental de devolver a los cetáceos a su hábitat natural«, han dicho a través de un comunicado el gobernador de la región de Primorsky –donde se sitúa el enclave–, Oleg Kozhemkayo; el fundador de la ONG ‘Ocean Futures Society’, Jean-Michel Cousteau; y el director ejecutivo de la ONG ‘Whale Sanctuary Project’, Charles Vinick, después de visitar el lugar ante la invitación de las autoridades. «Nuestro objetivo es liberarlos a todos», han subrayado.
La polémica se remonta a 2018, cuando activistas y organizaciones animalistas comenzaron a denunciar a medios de comunicación locales las condiciones de estos recintos, señalando que algunos de los animales que se habían capturado eran demasiado jóvenes (algo ilegal bajo la legislación rusa); que las aguas donde se mueven están heladas; la comida, en mal estado; que tienen poco espacio para moverse, etc.
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