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El algarrobo europeo, un árbol cuyo origen se sitúa en el Asia sudoccidental desde donde se extiende por todo el Levante Mediterráneo, se ha consagrado como un aliado del medio ambiente, debido a que su capacidad de actuar como sumidero de CO2, así como su facilidad para adaptarse a climas secos, ayudan en la restauración de suelos y la mitigación del cambio climático en las comarcas del litoral mediterráneo español, según ha informado la agencia Soma Comunicación en un comunicado.

Así, este árbol, que tiene en España su principal productor, oscilando las cosechas nacionales entre las 50.000 y las 80.000 toneladas anuales, según datos de la asociación sin ánimo de lucro Empresas Productoras de Algarroba (EiG), previene la desertización, las inundaciones o los incendios forestales. Asimismo, un informe realizado por EiG revela que la rusticidad del algarrobo; su adaptación a una agricultura en expansión; el incremento de la rentabilidad en las nuevas plantaciones, debido a su elevada productividad; y las perspectivas comerciales de este fruto desecado, convierten a esta especie en una alternativa de cultivo para determinados secanos y zonas con escasos recursos hídricos.

 

ECOticias


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