Los hadrosáuridos fueron un grupo de dinosaurios herbívoros que vivieron durante la etapa final del Cretácico Superior. Típicamente pesaban entre dos y tres toneladas, podían elegir entre desplazarse a cuatro patas, o solo sobre las patas traseras, y se caracterizaban por unas poderosas mandíbulas con múltiples filas de dientes para masticar las plantas de las que se alimentaban. Son conocidos popularmente como dinosaurios pico de pato debido a su cráneo alargado, pero el rasgo más distintivo estaba en su cabeza: una cresta formada por distintos huesos craneales más o menos desarrollados en forma y tamaño.
Investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y de la Universidad de Bristol (Reino Unido) han utilizado la gran cantidad de datos morfológicos disponibles en este grupo de dinosaurios para analizar la diversidad de las formas existentes y el ritmo de la evolución de todos los huesos de su esqueleto, especialmente sus caracteres más distintivos: las crestas y la dentición.
El estudio, publicado en la revista Paleobiology, revela que el aparato masticatorio de los hadrosáuridos evolucionó rápidamente y que, una vez establecido, cambió muy poco en las especies del mismo grupo que aparecieron posteriormente. En cambio, las crestas continuaron modificándose varias veces a lo largo del tiempo. Esta evolución ocurrió en oleadas, es decir en intervalos de tiempo cortos y recurrentes, que dieron lugar a crestas con formas muy diferentes: tubulares, redondeadas o lobulares, entre otros.
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