Aunque el foco informativo está centrado en Brasil y en las políticas ambientales del presidente Bolsonaro, donde está concentrado el mayor número de incendios, las llamas también han alcanzado otras regiones como el bosque Chiquitano, el Chaco, el Pantanal y el Cerrado, tanto en Bolivia como en Paraguay.
Además, tristemente, tras tres semanas de incendios, no nos llegan buenas noticias desde Bolivia. Durante este fin de semana, los vientos han reavivado los fuegos de Chiquitania y Pantanal con 355 focos activos. En el Cerrado, Chaco y Pantanal, 220.000 hectáreas de tres áreas protegidas (30.000 hectáreas, que representan un 10%, de la Unidad de Conservación del Patrimonio Natural y Área Protegida Tucabaca; 100.000 hectáreas en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis; y 90.000 hectáreas en el Área de Conservación Ñemby Guazu).
En algunos puntos, los incendios han entrado en Bolivia desde Paraguay y Brasil. Esto demuestra que este es un problema transfronterizo, ya que los incendios no están limitados por límites geográficos. En algunos casos, parece que los incendios incluso cruzaron ríos. Estamos ante una emergencia global: si perdemos el Amazonas, perdemos la lucha contra el cambio climático.
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