Suele salir muy poco de su «madriguera», para preservarse de la luz, pero la liebre más famosa de la Historia del Arte podrá verse de nuevo en todo su esplendor en la nueva gran exposición sobre el genio alemán Alberto Durero (1471-1528) que la Galería Albertina de Viena abre al público mañana. «Una exposición así sólo se puede hacer aquí y no se volverá a repetir», sentencia Christof Metzger, comisario de la exposición. Se refiere no solo a las pocas veces que se muestra el original de «La liebre» al público, sino también a las 140 obras que este histórico museo vienés atesora del mayor representante del Renacimiento al norte de los Alpes.
A partir de esos fondos propios, la colección de Durero más importante del mundo, la Galería Albertina ha montado de arrojar nueva luz sobre cómo creaba y entendía el arte. Como siempre, «La liebre», el impresionante retrato detallista en el que se percibe cada pelo del animal, es uno de los principales reclamos de esta exposición. La obra no abandonaba la cámara oscura en la que se preserva desde el año 2016, cuando estuvo colgado durante apenas unas horas. Antes de eso, había estado dos años sin exponerse y, tras esta muestra, volverá a los sótanos de la Albertina por, al menos, otro lustro, aseguran desde el propio museo.
A esa obra maestra se suman docenas de dibujos, grabados y acuarelas que posee la Albertina, completados con préstamos tan importantes como «La Adoración de los Reyes Magos», que llega de los Uffizi de Florencia; «Jesús entre los doctores», del Thyssen de Madrid; o «Retrato de hombre», del Prado. En total, 200 piezas que, en lo cuantitativo y cualitativo, superan otras grandes exposiciones dedicadas a Durero en los últimos años, incluso a la organizada por la propia Albertina cuando reabrió renovada sus puertas en 2003, y que fue visitada entonces por más de 400.000 personas.
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