Miles de personas se congregaron el domingo por la noche en el bulevar frente al Moulin Rouge de París para asistir a un espectáculo de can-can y fuegos artificiales celebrando los 130 años del célebre cabaret de Montmartre. La policía bloqueó la arteria para la presentación, que comenzó con música y un espectáculo de luces proyectado en el icónico molino de viento rojo, relatando los orígenes de ese cabaret durante la Belle Epoque.
Una solitaria bailarina, que desafiaba los primeros fríos otoñales, apareció luego sobre el techo del Moulin Rouge, con sus lentejuelas pero sin hacer topless, presumiblemente un guiño a las familias que se congregaron para el espectáculo. Luego alrededor de 50 chicas surgieron del local para bailar el can-can, mientras los fuegos artificiales retumbaron en lo alto… en un inicio en rojo, naturalmente, y luego mezclados con azules y blancos para formar los colores franceses, que son los mismos de las faldas de las bailarinas de esta danza.
«Es tan mítico como la Torre Eiffel, es como un pedazo de historia de la Belle Epoque», dijo a la AFP Yiftah Bar-Akiva, un israelí que ha vivido en París durante 11 años, mientras bebía champaña en compañía de unos amigos. «No creo que sea irrespetuoso con las mujeres, creo que sigue siendo arte», agregó.
AFP