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El concepto de la subasta de una obra de arte vuelve a ser objeto de controversia en Nueva York, y en este caso el protagonista es un mural del icono del pop art y el grafiti estadounidense Keith Haring, el primero que sale a la venta. «Nunca ha habido en el mercado un mural de Keith Haring, y es muy raro encontrar un mural que ha estado en un espacio privado a la venta», explica a Efe Lisa De Simone, la especialista en Arte de Post-Guerra y Contemporáneo de la casa Bonhams, donde se venderá al mejor postor.

Se trata de un mural de grandes dimensiones, de 25 metros de largo, que Haring pintó en un centro juvenil católico en el noroeste de Manhattan en 1983 o 1984, con la intención de «alegrar» un espacio dedicado a los niños.

Unos opinan que la obra no debería pasar a manos privadas, probablemente de adinerado coleccionista, y otros señalan que nunca fue propiedad del público. En concreto, la obra de arte ocupa tres pisos del hueco de la escalera del edificio del centro para jóvenes, conocido como «Grace House», en la que el artista plasmó algunas de sus figuras más conocidas, como el «perro ladrador» o el «bebé radiante».

Ahora, y tras poner en venta el inmueble el propietario -la Iglesia Ascensión-, el mural, considerado un «tesoro oculto», ha sido valorado por los expertos en un mínimo de 3 millones de dólares y un máximo de 5, y está a punto de ofrecerse en el mercado en una subasta el próximo 13 de noviembre.

EFE


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