La deforestación en la Amazonía brasileña se disparó cerca de un 30 % entre agosto de 2018 y julio de 2019 y alcanzó su mayor nivel en once años, una situación que el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha atribuido a las «actividades ilegales» en el mayor bosque tropical del planeta. La Amazonía perdió 9.762 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal en un año, una superficie equivalente a cerca de 10.000 campos de fútbol, de acuerdo con los datos oficiales del estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
La destrucción en el denominado pulmón verde fue un 29,5 % superior a la del mismo periodo del año anterior, cuando fueron arrasados 7.536 kilómetros cuadrados, y la mayor desde 2008 (12.911 kilómetros cuadrados).
Los datos fueron presentados este lunes por el ministro de Ciencia y Tecnología, Marcos Pontes, y por el titular de Medio Ambiente, Ricardo Salles, quien apuntó a las «actividades económicas ilegales» como la principal causa del aumento de la deforestación en la Amazonía.
EFE
