El objetivo es invertir 563 millones de euros hasta 2025 para reducir hasta dos millones de toneladas de CO2 el año 2030.

«No queremos un decreto retórico, queremos un antes y un después en la lucha contra la emergencia climática», y ha dicho que hará falta hacer lo que sea para que se cumplan los objetivos marcados, por lo que ha advertido que hará falta un cambio de paradigma sobre la sociedad actual.

Esta declaración es un documento con un centenar de medidas que se llevarán a cabo en los próximos 10 años para reducir un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero el 2030 respecto a los valores de 1992, que es el año de referencia en este ámbito porque se creó el primer inventario de emisiones.

En relación al modelo urbano de la ciudad, destaca el «salto de escala» en ‘supermanzanas’ con 15 kilómetros más; mejorar las condiciones ambientales y de seguridad en el entorno de 200 escuelas; incrementar 40 hectáreas el verde urbano público, y crear 10 zonas de biodiversidad y reservas de naturaleza.

Sobre movilidad e infraestructuras, destaca la finalización de la L9 del Metro y la conexión de la L4 con la Sagrera; la mejora de la oferta de autobús metropolitano; desarrollar las inversiones en Rodalies; incrementar la eficiencia del reparto de mercancías e instar a Puerto y Aeropuerto a reducir sus emisiones.

La declaración también insta a mejorar el uso de la energía que hacen los edificios de la ciudad, y pide «llenar las azoteas de la ciudad de instalaciones solares» y potenciar la rehabilitación bajo criterios de eficiencia energética, tanto en viviendas como en equipamientos.

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