Durante uno de los muchos momentos desgarradores en “American Dirt”, la nueva novela de Jeanine Cummins, la protagonista, Lydia, propietaria de una librería, se da cuenta de algo estremecedor.
Lydia y su hijo de 8 años, Luca, están huyendo de su casa en Acapulco, México, luego de que sicarios de un cártel de las drogas mataron a 16 miembros de su familia. Lydia idea un arriesgado plan de escape: ella y Luca se disfrazarán de migrantes e intentarán cruzar la frontera a Arizona. Lydia cae en cuenta de que ella y Luca no están fingiendo. Son “auténticos migrantes”.
“Toda su vida se ha compadecido de esa pobre gente”, escribe Cummins. “Con la fascinación desconectada de la realidad de la élite acomodada, se ha preguntado qué tan terribles deben ser sus condiciones de vida de donde sea que provengan, que ésta es la mejor opción”.
La nueva percepción del personaje es una provocación deliberada de la autora, que quiere que los lectores lidien con el costo humanitario de las estropeadas políticas migratorias de Estados Unidos.
“Es una historia que creo que está convenientemente alejada de los ciudadanos de este país en este momento”, señaló Cummins, de 45 años, quien creció en Maryland y se identifica como blanca y latina. “Esto realmente es una tragedia de nuestra creación en nuestra frontera sur. Somos absolutamente responsables de todas estas muertes. Tenemos las manos manchadas con esta sangre”.
“American Dirt” salió a la venta el 21 de enero, y recibió eufóricas reseñas anticipadas de parte de Publishers Weekly y Kirkus Reviews, que la calificaron de “intensamente llena de suspenso y profundamente humana”.