Hay actores vinculados a una interpretación durante toda su vida. Eso le sucedió a Pepe Martín, que fue, para siempre, Edmundo Dantés, el conde de Montecristo, al que encarnó en una popularísima adaptación de la novela de Alejandro Dumas que TVE realizó en los primeros años setenta del pasado siglo. «Todavía me siguen recordando por el Conde de Montecristo», recordaba hace poco tiempo el actor en una entrevista.
Pepe Martín, barcelonés, nacido el 7 de septiembre de 1932, falleció en Madrid, donde residía desde hace décadas. El corazón le falló definitivamente. Antes del confinamiento, ya llevaba un tiempo metido en sí mismo y dedicado a cuidar a Sylvia Martín, su mujer y su eterna compañera, recluida en una silla de ruedas en los últimos años.
Actor vinculado fundamentalmente al teatro, fue uno de los numerosos rostros que se asomaron a los espacios dramáticos de la televisión en los sesenta y los setenta. Entre los Estudio 1 que protagonizó figuran «La dama boba», «El reloj de Baltasar», «Don Juan Tenorio», «Mesas separadas» y «Esta noche tampoco». Había estudiado Derecho, y para ello se trasladó a París, donde descubrió su vocación teatral. Empezó su carrera junto al Teatro Nacional Popular francés con un papel en la comedia inglesa «Ejercicio para cinco dedos», y luego vinieron «Largo viaje hacia la noche», de Eugene O’Neill, y «El rey Lear», de Shakespeare.
Pero fue «El conde de Montecristo», adaptada y dirigida por Pedro Amalio López, la que le confirió una extraordinaria popularidad. Eran los tiempos del blanco y negro y de la televisión única, y aquella ficción fue seguida por millones de telespectadores.
En los últimos años se prodigó en recitales poéticos, era asiduo a los estrenos teatrales, en compañía siempre de su mujer, y en 2014 publicó sus memorias, tituladas «El recuerdo dormido».
Fuente: ABC Cultura