Doscientos veintisiete años más tarde, Francia sigue descubriendo los restos humanos del Terror revolucionario (1793-1794), “perdidos” y “ocultos”, hasta ayer mismo, en un recoleto jardín parisino, a dos pasos de los grandes almacenes de la capital, glosado en su día por un patriarca del canon literario español, José Martinez Ruiz, Azorín.

Tras varios años de investigaciones, se han descubierto, ocultos en la Capilla Expiatoria, durante más de dos siglos, los huesos de más de 500 franceses guillotinados en la antigua Plaza de la Revolución, la actual Plaza de la Concordia.

La Capilla Expiatoria, en la placita Luis XVI, fue construida entre 1815 y 1826 para rendir homenaje al monarca y su esposa, Marie Antoinette, guillotinados ambos en 1793. En esa capilla reposaron los restos mortales de los reyes de Francia, hasta su traslado a la Basílica de Saint-Denis.

La Capilla Expiatoria se construyó junto al antiguo cementerio de la iglesia de la Madeleine, muy próxima, en un barrio de compras cosmopolitas donde su encuentran varios grandes almacenes. Dos siglos más tarde, el actual administrador de la Capilla Expiatoria ha descubierto que más de quinientos hombres y mujeres, guillotinados, fueron enterrados y “ocultos” sus restos mortales entre varios muros del edificio. Y allí han seguido, “olvidados”, hasta hoy.

El Terror revolucionario (1793-1794) se cobró más de 40.000 muertes en toda Francia. Diez mil condenas oficiales, treinta mil “extra oficiales”. Muchos de aquellos cadáveres fueron depositados en las catacumbas de París, un osario que tiene un cierto público turístico, interesado por contemplar los huesos, debidamente “ordenados”, de más de seis millones de muertos de varios cementerios parisinos.

Fuente:  ABC Cultura