El futuro de la estatua del emperador romano Constantino que se encuentra en el exterior de la catedral de York está en entredicho debido a las quejas recibidas y al llamamiento realizado por el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia de Inglaterra y líder espiritual de la Comunión anglicana, para revisar los monumentos que crean polémica.

El arzobispo Justin Welby afirmaba hace unos días que las esculturas de la Catedral de Canterbury y la Abadía de Wensminter van a ser examinadas cuidadosamente para comprobar si deben estar ahí, de acuerdo con The Telegraph.

El reverendo hacía estos comentarios a colación de las protestas antirracistas derivadas de Black Lives Matter, que ya le ha costado el vandalismo de estatuas de Colón, Cervantes o fray Junípero. El clérigo añadía que «algunas tendrán que bajar», pero que no es su decisión y que, en cualquier caso, las piezas se pondrían «en contexto».

Ahora, todo indica que la Catedral de York está revisando la idoneidad de la estatua de Constantino, tras las quejas recibidas porque el emperador romano apoyaba la esclavitud existente en sus tiempos.

La escultura se encuentra en la plaza sur de la seo desde hace veinte años y fue erigida para conmemorar que puso fin a la persecución de los cristianos y fue el primer emperador en convertirse al cristianismo.

Se ha creado una comisión especial que va a desarrollar una guía nacional para iglesias y catedrales sobre cómo responder a las preocupaciones sobre sus estatuas y monumentos.

 

Fuente:   ABC Cultura