Las obras para la restauración del gran órgano de Notre Dame de París empezaron este lunes en la catedral, quince meses después del incendio que arrasó la cubierta del edificio pero sin destruir el reconocido instrumento del siglo XVIII, cuya restauración llevará más de tres años.
El órgano principal de la catedral, situado bajo el rosetón oeste, tras la fachada principal, y construido a partir de 1733, se salvó de las llamas pero sufrió las altas temperaturas por el fuego y la contaminación del plomo, por lo que necesita una restauración en profundidad.
El organismo público que dirige las obras informó de que este lunes empezarán a retirar la consola del teclado para pasar después al desmontaje de cada uno de los 8.000 tubos que componen el órgano, el más grande de Francia, con la ayuda de un andamio de treinta metros de altura que fue instalado durante el mes de julio.
La recuperación de los tubos se prolongará hasta finales de año.
Después, el instrumento necesitará una limpieza profunda y una restauración que se hará progresivamente entre 2021 y 2024, con la ambición de que vuelva a sonar el 16 de abril de ese último año, cuando el presidente Emmanuel Macron quiere que reabra la catedral.
El general Jean-Louis Georgelin, al frente del organismo responsable de las obras, indicó en el comunicado que solo para afinar y armonizar el órgano harán falta seis meses.
“A diferencia del órgano de la catedral de Nantes, que ardió en el incendio del pasado 18 de julio, el nuestro está intacto pero sucio”, precisó el rector de la catedral, Patrick Chauvet, en declaraciones al diario “Le Parisien”.
El órgano desmontado se irá conservando en cuatro contenedores a la espera de realizar la licitación para escoger a los especialistas para su limpieza, restauración y montaje.
Por su parte, el órgano del coro, que se vio más afectado por el incendio, será también retirado para su limpieza y se podrán aprovechar algunos de sus 2.000 tubos para su reconstrucción.
Fuente: EFE