El Nobel de la Paz premió este viernes al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU por sus esfuerzos para luchar contra el hambre, prevenir su uso como arma de guerra y contribuir a mejorar las condiciones para la concordia en áreas en conflicto.
El PMA es la mayor organización humanitaria que se ocupa de la cuestión del hambre y de la seguridad alimenticia, como refleja que el año pasado ayudó a cerca de 100 millones de personas en 88 países, y el principal instrumento para erradicarla del mundo, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por las Naciones Unidas en 2015.
El Comité Nobel noruego resaltó que el año pasado 135 millones de personas sufrieron hambre severa, el número más alto “en muchos años”, y que el PMA ha mostrado una “impresionante habilidad” para aumentar sus esfuerzos durante la pandemia de coronavirus, que ha empeorado la situación en países con conflictos armados como Yemen, Nigeria y Sudán del Sur.
“El mundo está en peligro de vivir una crisis de hambre de proporciones inconcebibles si el PMA y otras organizaciones de ayuda alimentaria no reciben el apoyo financiero que han pedido”, señaló el comité en su motivación del premio.
En una rueda de prensa posterior, la presidenta del comité, Berit Reiss-Andersen, resaltó que la pandemia y los retos planteados por esta “refuerzan” la necesidad del premio al PAM, que espera ayude a aumentar la atención sobre la necesidad de que todos los países con capacidad para hacerlo contribuyan a solucionar el problema del hambre.
Aumentar la seguridad alimentaria no solo previene el hambre, sino que puede mejorar las expectativas de paz y estabilidad, como ha demostrado el PMA liderando proyectos en Sudamérica, África y Asia que combinan trabajo humanitario con esfuerzos por la paz y participando activamente en el proceso para adoptar por primera vez una resolución que establece la relación entre conflicto y hambre.
El “rol clave” jugado por el PMA en cooperación multilateral para convertir la seguridad alimenticia en instrumento de paz, su papel para movilizar a los estados a no usar el hambre como arma de guerra y conflicto y su contribución diaria a la fraternidad entre naciones se ajusta a los criterios marcados un siglo atrás por el magnate sueco Alfred Nobel, creador de los premios, resalta el fallo.
“En su condición de mayor agencia especializada de la ONU, el PMA es una versión moderna de los congresos de paz que el Nobel pretende promover”, asegura el comité.
UNA ELECCIÓN INESPERADA PERO SIN CONTROVERSIA
La elección del PMA no despertó controversia en Noruega y generó reacciones mayoritariamente positivas hacia un premio para el que sonaban en las quinielas previas la Organización Mundial de la Salud (OMS), la activista medioambiental sueca Greta Thunberg y organizaciones de defensa de la libertad de prensa.
“¿Pero de verdad hay gente que se cree de verdad que vaya a ganar el Nobel de la Paz? No es serio. Claro que no me lo van a dar, no hay ninguna posibilidad”, había dicho en Estocolmo, horas antes del anuncio del premio, la líder del movimiento global “FridaysForFuture” (Viernes por el Futuro) y que sido gran favorita en los pronósticos los dos últimos años.
Es la séptima vez que el Nobel de la Paz premia a alguna agencia de la ONU, a la propia organización matriz o a alguno de sus secretarios: la última vez había sido en 2001, cuando las Naciones Unidas y su entonces líder, Kofi Annan, recibieron el galardón “por su trabajo por un mundo mejor organizado y más pacífico”.
Fundado en 1961 y con sede en Roma, el Programa Mundial de Alimentos tiene como objetivo primordial distribuir alimentos para apoyar proyectos de desarrollo, refugiados de larga duración y personas desplazadas.
Su director, el estadounidense David Beasley, afirmó en un comunicado que la concesión del galardón “ha centrado la atención mundial en las personas que tienen el derecho a vivir en paz y sin hambre”.
Fuente: EFE