El anuncio que la compañía Pfizer hizo este lunes es el primer indicio prometedor de que una vacuna puede evitar infectarse de la Covid-19. El motivo es que estos resultados son los primeros que provienen de un estudio clínico de fase tres, que son los que se realizan entre miles o decenas de miles de participantes (en este caso, 43.538) para calcular sobre todo la eficacia de un fármaco.

Estos análisis sugieren que el candidato a vacuna BNT162b2, de las compañías Pfizer y BionTech, confiere una protección al 90% de los vacunados. Sin embargo, todavía faltan muchas preguntas por responder. En primer lugar, estos resultados se han obtenido al registrar 94 infecciones entre los casi 44.000 participantes, cuando el objetivo del estudio es llegar a las 164 infecciones para tener una estimación más fiable de la eficacia de la vacuna. También resta por saber cuánto dura la protección conferida por la vacuna, si extiende su protección a jóvenes y personas mayores o si inmuniza o solo evita la aparición de síntomas.

A pesar de eso, los resultados anunciados este lunes han sido acogidos con gran optimismo, tanto en las bolsas como entre algunos políticos, que ya han anunciado incluso cuándo podría comenzar la vacunación.

¿Realmente hay motivos para tal optimismo? «Una vacuna con alta eficacia puede suponer el principio del fin de la pandemia que conocemos», ha explicado Jaime Jesús Pérez, vocal de la Asociación Española de Vacunología (AEV). «No me atrevería a decir que ésta lo sea, pero hay que ser optimista». En su opinión, una vacuna con una eficacia del 90% no permitirá eliminar la enfermedad, pero sí que se pueda controlar, tal como ha ocurrido con la polio, el sarampión o la gripe: «El objetivo es reducir la carga de la enfermedad a niveles aceptables, para poder vivir como hemos hecho siempre».

«Una vacuna con alta eficacia puede suponer el principio del fin de la pandemia que conocemos»

«Tenemos unas décimas más de optimismo y esperanza», ha explicado José Antonio López Guerrero, director del Laboratorio de Neurovirología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). «Parece que los procesos de control de seguridad y eficacia de las vacunas están funcionando y se habla de que en primavera la vacuna estará más próxima a la ciudadanía. Quiero ser optimista pero no lanzar las campanas al vuelo. Queda todavía mucha batalla por delante, pero sí, una vacuna altamente eficaz y robusta será el principio del final».

«La noticia es buena, porque es la primera vez que se ve que una vacuna funciona», ha explicado José Martínez Costas, investigador del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CIQUS) que trabaja en el desarrollo de una vacuna frente a la Covid-19. «Pero los datos que dan son muy escasos, de momento».

Pasarán meses hasta que se pueda saber cuánto dura la inmunidad y hasta diciembre no se tendrán todos los resultados sobre la eficacia de la vacuna de Pfizer. Pero lo cierto es que ésta es solo un candidato entre otros muchos que ya están en etapas muy avanzadas: en estos momentos, existen diez candidatos a vacuna en fase tres de ensayos clínicos, que son aquellos que se realizan entre miles o decenas de miles de voluntarios sanos, y que son los que permiten evaluar la eficacia de una vacuna con garantías. Sus resultados se irán publicando de aquí a finales de año.

Además, existen otros 37 candidatos en fase clínica, y cerca de 155 en fase preclínica, que se prueban en animales o que todavía están en la poyata de un laboratorio, según datos de la OMS. A pesar de este incomparable arsenal, el despliegue de las primeras vacunas no se producirá hasta mediados o finales de 2021, según estimaciones publicadas en septiembre en « Nature», por lo que todavía habrá que hacer frente al coronavirus con distanciamiento social, higiene y mascarillas.

Además, ya existen dos vacunas aprobadas contra el virus: una, producida por la compañía china CanSino, que se inyecta a militares de este país, y otra del Instituto de Investigación Gamaleya, en Rusia, que se ha aprobado sin pasar por estudios de fase 3. Otros candidatos también se inyectan entre trabajadores sanitarios.

Teniendo en cuenta todo esto, repasaremos cómo son algunos de los candidatos que están más avanzados, ya en fase 3, y qué ventajas e inconvenientes tienen.

 

Fuente:  ABC Ciencia