Entre julio de 2019 y julio de 2021 un total de 208,070 panameños (as) de regiones vulnerables de todo el país se han beneficiado de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC), que les ha permitido acceder a los servicios básicos como alimentos, medicinas y artículos de aseo personal, durante la pandemia desatada por la Covid-19, donde el acceso al empleo y fuentes de ingresos se ha visto trastocada.
Así lo revela un informe de la Dirección de Protección Social del MIDES, que pondera el alcance que han tenido estos programas en beneficios de los panameños que viven en el umbral de la pobreza. En el mismo periodo el Gobierno Nacional ha transferido 460,247,970 millones de balboas a los usuarios de los PTMC.
En los últimos dos años, los PTMC han generado 1.5 millones de atenciones a favor de familias que viven en el umbral de la pobreza, una acción que va alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan atacar el hambre y la pobreza en el mundo.
El informe añade que el programa 120 a los 65 ha brindado protección a 135,763 adultos mayores que no reciben una jubilación, pensión o ingresos económicos. Se trata de panameños (as) que durante la pandemia se les ha brindado seguridad alimentaria y el acceso a sus medicamentos.
Mientras que la Red de Oportunidades ha recompensado a 43,634 mujeres rurales, logrando que generen diversos proyectos de emprendimientos en sus propios entornos.
Uno de ellos es el proyecto piloto de Inclusión Productiva Fase #2, dirigido a promover parcelas agrícolas entre 1,926 familias de escasos recursos. Este programa, cuya inversión asciende a 350 mil balboas, consta de kits agrícolas valorados en 320 balboas que incluyen herramientas y una variedad de 15 tipos de semillas.
Mientras que otras 650 familias de la comarca Ngäbe Buglé participan de proyectos relacionados a la siembra de ñame y ñampí.
Las mujeres de Red de Oportunidades también han incursionado en la cría de aves de corral. A través del programa de Redes de Familia se han instalado 93 granjas que al término de siete semanas logran pollos de hasta cinco libras. Cada granja es capaz de generar ventas por 625 balboas, que, si se multiplica por el total de emprendimiento, refleja un comercio de 58,125 balboas a favor de las 800 familias que participan de este emprendimiento.
Los programas han beneficiado a mujeres como Yeidy Rodríguez, del corregimiento del Teribe en el distrito de Changuinola, que ha logrado con las transferencias monetarias desarrollar una granja avícola y una pequeña porqueriza que le ha permitido educar a sus cuatros hijos.
Yeidy, una beneficiaria de la Red de Oportunidades, tiene en su granja 24 pollos de engorde que les provee de alimentos e ingresos económicos. Cada tres meses tiene parvadas listas para vender y cada cuatro meses tiene cerdos disponibles para la venta.
Yeidy vive en la comunidad de Milla 8, una región donde no operan empresas, compañías, fábricas u otro medio de generación de empleo y donde el dinero se obtiene con jornadas agrícolas. A través de estas limitaciones esta mujer ha logrado abrirse camino y desarrollar un emprendimiento sostenible.
La ayuda ha llegado a los corregimientos más pobres del país
Otras 8,777 personas se han beneficiado del programa de Seguridad Alimentaria (SENAPAN). Se trata de panameños (as) de áreas de difícil acceso que reciben un bono que lo cambian por comida en los comercios.
Este programa ha permitido que un total de 2,534 familias realicen módulos diversificados desde la cría de peces, pollos, arroz, entre otros rubros.
Sus producciones son utilizadas para el consumo de alimentos de los que en ellos trabajan, suministro de alimentos a las escuelas de la comunidad donde se encuentran y en ocasiones para la venta de sus excedentes, lo que les permite a los beneficiarios un pequeño ingreso económico.
Los PTMC también han beneficiado a 19,896 personas del programa Ángel Guardián que brinda protección social a personas que padecen de discapacidad severa.
Para la ministra del MIDES, María Inés Castillo, los PTMC han permitido que los panameños (as) más vulnerables durante la pandemia tengan asegurado su alimentación, acceso a medicinas y a productos de primera necesidad.
Castillo destaca que estos programas han impactado a los corregimientos más pobres del país como Yape, Gonzalo Vásquez y Hato Jobo, ubicados en los distritos de Pinogana, Chimán y Mironó, que presenta índices de pobreza multidimensional del 100%, de acuerdo con el IPM-C, elaborado por la Secretaría Técnica del Gabinete Social del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES).
Para Caroline Freire, especialista de protección social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas han sido implementados en más de 20 países de la región latinoamericana de forma exitosa. La evidencia obtenida señala que es el instrumento más eficaz para apoyar niveles mínimos de ingresos de la población en situación de pobreza y pobreza extrema.
Según la base de datos de programas de protección social no contributiva en América Latina y el Caribe de la CEPAL, los PTMC operan en la actualidad en 18 países de la región y benefician a más de 25 millones de familias (alrededor de 113 millones de personas), es decir, el 19% de la población de América Latina y el Caribe, a un costo que ronda el 0.4% del producto interno bruto (PIB) regional.
Fuente: MIDES