Uno de los problemas a los que se enfrentan las aves marinas es la ingesta de plásticos que flotan en el mar, que se debe a que esos residuos emiten un compuesto sulfuroso cuyo olor indica a esos pájaros dónde hallar alimento.
Un estudio de la Universidad de California (EEUU) publicado por Science Advance señala que esa pista olfativa engaña a las aves que confunden los plásticos que llegan al océano con comida real.
El texto ayuda a explicar por qué la ingestión de plásticos es más prevalente entre algunas especies de aves, en especial aquellas que tienen pico de tubo, como petreles o albatros, cuyo fino sentido del olfato les sirve para cazar.
El autor principal del estudio, Matthew Savoca, indicó, en un comunicado de la Universidad, que, por norma general, los animales tienen una razón cuando deciden algo y si realmente se quería entender por qué comen plástico había que pensar cómo encuentran comida.
El estudio pude abrir la puerta a nuevas estrategias que permitan tratar el problema de la presencia de plásticos en el océano que representa un riesgo no solo para los pájaros, sino igualmente para peces, tortugas y otras especies de vida marina.