El archipiélago de Galápagos, en Ecuador, es un laboratorio natural, social y económico, un microcosmos donde todo lo que sucede se puede extrapolar a nivel mundial, manifestó Arturo Izurieta, director ejecutivo de la Fundación Charles Darwin.
‘Galápagos es un laboratorio natural, pero igualmente social y económico con una población pequeña, limitada geográficamente y con actividades que tienen que ser sostenibles’, declaró Izurieta en una entrevista con EFE en la ciudad chilena de Punta Arenas.
El responsable de la Fundación Charles Darwin para las islas Galápagos (FCD) es uno de los invitados a la Hackatón de Divulgación Científica e Innovación que comenzó este lunes en esta ciudad austral de Chile.
El encuentro tiene como propósito estimular la generación de ideas, proyectos y emprendimientos innovadores de divulgación de los conocimientos que contribuyan a plasmar y difundir el concepto de laboratorios naturales que abundan en la Patagonia y la Antártica.
Izurieta aseguró que Galápagos es uno de los laboratorios naturales más reconocidos del mundo por su rica biodiversidad que ha conseguido ir más allá y convertirse en un lugar donde se reflejan realidades socioeconómicas, como la relación con las comunidades y el auge del turismo.
Por esta razón, este experto está convencido de que las prácticas sostenibles con el medio ambiente que se aplican en el archipiélago pueden resultar exitosas en un mundo globalizado que presta una atención creciente a la conservación de las áreas naturales. ‘Cada vez hay menos sitios así en el mundo. La reducción de los espacios naturales se hace inminente en el planeta y es vital divulgar la información científica para mantener la sostenibilidad de estas regiones’, apuntó Izurieta.
Una de las principales preocupaciones del secretario ejecutivo de la FCD es el impacto del turismo, que ha crecido de manera explosiva durante los últimos años.