Caroline Wambui tiene 18 años y vive en uno de los muchos barrios chabolistas que hay en Nairobi. No obstante, este contexto no ha sido obstáculo para inventar la primera aplicación móvil de donación de órganos en un país donde los enfermos se ven obligados a recurrir al mercado negro.
Su proyecto lo conecta todo: con solo descargar «Life Pocket» en su teléfono, el enfermo puede entrar en contacto con posibles donantes de órganos y con los hospitales kenianos dispuestos a practicar el trasplante.
Además, la aplicación cuenta con foros donde los distintos donantes y receptores pueden charlar sobre esta experiencia, antes y después del trasplante, y hacer consultas a médicos expertos.
El motivo que ha llevado a esta joven keniana a desarrollar esta «app» es muy personal: «Mi tío murió hace dos años porque no consiguió un trasplante de riñón, así que estuve pensando la manera de salvar el mayor número posible de vidas», relata emocionada a Efe.
De riñón, corazón, hígado o médula, Caroline Wambui sueña con el día en que su aplicación para móvil sea lanzada y el dolor de la muerte de su tío se haya convertido en una máquina para salvar vidas.