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La ingeniería, el desarrollo de software y la biología sintética se unieron para crear unas células cuya producción de insulina puede ser controlada a través de un teléfono celular.

Un grupo de científicos de China desarrolló una red inalámbrica de células que pueden ser manejadas de forma remota y la implantó en ratones diabéticos, según el estudio publicado en la edición de Science Translational Medicine de esta semana.

En los animales, las células pudieron producir insulina y mantuvieron el nivel de azúcar en sangre dentro de los límites normales.

Según la Organización Mundial de la Salud, 422 millones de personas padecen de diabetes a nivel mundial, una cifra que, para la institución internacional, se duplicará en los próximos 20 años.

La premisa de este estudio es que las células humanas igualmente podrían ser modificadas genéticamente para generar hormonas y moléculas y ofrecer una solución personalizada a los pacientes.

«El uso de los teléfonos inteligentes para la salud móvil (mHealth), definida como la práctica de la medicina apoyada en dispositivos de diagnóstico portátiles que permitan una caracterización fácil y precisa de la salud y de las enfermedades, está cambiando los modelos del cuidado de la salud», indicaron los investigadores en el estudio.

«Una plataforma tecnológica que permita modificar las células humanas para que puedan ser controladas por señales electrónicas digitales podría explotar al máximo el potencial de la medicina celular al combinar diagnóstico con precisión terapéutica», consideraron.

La interfaz tecnológica pensada por estos científicos permite una regulación inalámbrica de la actividad celular con un teléfono que tenga el sistema operativo Android, una idea inspirada en los proyectos enfocados en crear casas inteligentes, según los autores del estudio.

Estas células fueron creadas a partir de la combinación de tejidos vivos y tecnología y producen insulina cuando son iluminadas por una luz del espectro «rojo lejano».

Los investigadores añadieron luego estas células a una vaina blanda y biocompatible que contiene luces LED inalámbricas que pueden apagarse o encenderse a través de un campo electromagnético externo.

Al implantar estas células en la piel de los ratones, los científicos pudieron administrar dosis de insulina de forma remota mediante una aplicación del teléfono.

 


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