El cáncer infantil es uno de los diagnósticos más difícil de escuchar para un padre de familia o cuidador; sin embargo la buena noticia, como en muchas otras enfermedades es que entre más pronto se haga el diagnóstico mejores serán las probabilidades de cura.

La realidad actual es que los casos que han ingresado en el Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel no solo han incrementado, sino que el 100% de los diagnósticos se han hecho en estado avanzado.

Karina Quintero, médico pediatra oncóloga en el Hospital del Niño, preciso que “tenemos un aumento de 25% de los casos, es decir, que si antes teníamos entre 100 y 115 casos, ahora hemos estado en 135 casos”.

Agregó que durante el año y medio de pandemia se ha evidenciado que los padres no llevaron a los niños a recibir atención médica, pese a que los síntomas del cáncer eran evidente.

“Sabemos eso, porque el 100% de los casos que estamos viendo están en estados avanzados, además estamos viendo tumores que no veíamos desde hace 10 años”.

Los tumores oculares y los tumores de tejidos blandos son los más frecuentes.

Lo anterior, profundiza la Dra. Quintero, quiere decir, que “el niño se ha quedado en casa con el tumor entre tres y cuatro meses y para cuando llega a recibir una atención ya está más que avanzado. Es una situación que nos tiene desesperados, porque el tratamiento que tenemos que darle es más intenso, el niño tiene más complicaciones y las probabilidades de curación son muy ínfimas”.

CAUSAS

De acuerdo con la Dra. Quintero, a nivel de país las causas de esta situación no son del todo claras; no obstante, estima que se trata de una situación multifactorial, por un lado, lo que ha significado la pandemia y por el otro la “negligencia” de los padres o cuidadores.

En el contexto de la pandemia hemos visto que, por ejemplo, en las áreas distantes en donde no tienen acceso a servicios de salud inmediata, dependían de las giras médicas, las cuales se dejaron de hacer, así mismo la falta de transporte e imposibilidad de movilizarse.

En las áreas urbanizadas un factor es que las atenciones médicas se han espaciado (la citas se dan con mayor cantidad de tiempo) y lo mismo ocurre con los estudios de imagen que se requieren para llegar a un diagnóstico (entiéndase resonancias magnéticas o tomografías).

También hay que reconocer que existe una responsabilidad como padres, apunta la Dra. Quintero, porque “no se puede estar viendo los síntomas en tú hijo y no hacer nada. Podríamos estar hablando de negligencia en cuanto a la atención que se le debe brindar al niño”, concluyó.

CASOS EN EL HOSPITAL DEL NIÑO

En cuanto a las cifras que se manejan en el Hospital del Niño, la Dra. Quintero manifiesta que se requiere hacer un estudio profundo para validar el incremento de los casos que ha tenido la institución.

Según explica, el aumento en los casos que se ha visto en este centro de atención pediátrica  “podrían estar enmascarado y nos tocaría ver si otros hospitales vieron menos casos y por eso nos aumentaron a nosotros, ver si se trata de la población que ha perdido su seguro social y les ha tocado migrar a nuestro sistema y la única forma de saberlo con exactitud es recopilando las estadísticas a nivel nacional.”

Frente al escenario planteado la Dra. Quintero apunta que “no estamos preparados para esto, porque tenemos que usar medicamentos más avanzados de los que estábamos habituados, hemos tenido que cambiar la terapéutica para pacientes en estadios muy avanzado y las cirugías han tenido que ser más agresivas en los últimos siete meses.

Añade que la situación que se plantea demanda una mirada a nivel de Estado con el propósito de actualizar y mejorar la calidad del tratamiento que se ofrece a los pacientes, pero principalmente que la población comprenda que la detección temprana aumenta la posibilidad del éxito del tratamiento y la sobrevida del paciente.

MANTÉNGASE ALERTA

Existen 12 signos de alarma a los que los padres de familia o cuidadores debes estar pendientes, porque cuando se presentan de manera combinada ameritan que el menor sea analizado por un médico.

Así por ejemplo el menor puede presentar fiebre, pérdida de peso y apetito, palidez, fatiga, vómitos matutinos, sangrados o moretones de fácil aparición, persistentes e inexplicables.

Bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, ganglios, dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles, así como manchitas blanca en el ojo, estrabismo, ceguera o pérdida de visión son señales de alarma.

En este escenario el llamado de las especialistas del Hospital del Niño es que la persona que está en casa; ya sea papá, mamá o la persona responsable del cuidado del menor son los primeros en detectar cualquier cambio en el niño, niña o adolescente.

Fuente: Hospital del Niño