Para evitar un apocalipsis agrícola, numerosos países almacenan en 3 bóvedas subterráneas, cerca del Polo Norte, las semillas de todos los alimentos del mundo, es la información que circula desde hace varios meses por las redes sociales.

La llaman el ‘arca de Noé’ de las plantas, la ‘bóveda del juicio final’ o ‘el búnker del apocalipsis’, y está localizada a unos mil kilómetros del Polo Norte. Pero, más allá de sus apelativos bíblicos o catastrofistas, es una de las mayores iniciativas de conservación medioambiental y alimentaria en curso.

En un búnker abovedado excavado en una montaña de las islas noruegas de Svalbard, en el océano glacial Ártico, se están almacenando duplicados de las semillas de todos los alimentos del mundo, para asegurar su conservación en caso de que ocurra una catástrofe masiva de origen natural u ocasionada por la actividad humana.

Esta gigantesca despensa subterránea, situada a medio camino entre la Noruega continental y el Polo Norte, busca la protección permanente de los alimentos del mundo y su intención es evitar una posible pérdida de diversidad de la cosechas.