China lanzó al espacio la noche de ayer jueves su primera nave de carga, la Tianzhou-1, un paso crucial en el camino del país asiático hacia la construcción de su primera estación espacial, prevista para el 2022.
Transportada por un cohete portador Gran Marcha-7 Y2, la Tianzhou-1 partió hacia el espacio exterior desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Wenchang, en la provincia meridional de Hainan.
En el espacio, la nave se acoplará al laboratorio espacial Tiangong-2, para reabastecerlo de combustible y de otros suministros.
El vehículo también llevará a cabo algunos experimentos antes de regresar a la Tierra.
China planea construir una estación permanente que deberá orbitar el planeta durante al menos 10 años, y el vuelo inicial de la nave de carga es importante porque, una vez establecida la estación, operará como un mensajero para ayudar a mantenerla en operación.
Sin un sistema confiable de transporte, las reservas de energía y suministros básicos de la estación se agotarían, lo que ocasionaría su regreso a Tierra antes de lo previsto.
Si la misión de la Tianzhou-1 resulta exitosa, China se convertirá en el tercer país, después de Rusia y de Estados Unidos, en dominar la técnica de reabastecimiento de combustible en el espacio.