El Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria ha condenado al arqueólogo Eliseo Gil a dos años, tres meses de cárcel por el caso de las falsificaciones de grafitos en el yacimiento alavés de Iruña-Veleia. Unas piezas que fueron catalogadas de «extraordinarias» porque no solo adelantaban varios siglos la aparición de la lengua vasca, sino que suponían además una revolución en el cristianismo al aparecer en ellas la primera representación de Jesús de Nazaret en la cruz.
La sala entiende que Gil incurrió los delitos continuado de falsedad documental y de estafa, por lo que le condena a un total de dos años, tres meses y 23 días de cárcel. Además, deberá abonar a la Diputación Foral de Álava la cantidad de 12.562 euros más intereses legales, así como las tres sextas partes de las costas.
También ha sido condenado a Rubén Cerdán, el supuesto físico nuclear que elaboró los informes que avalaban la autenticidad de los hallazgos, a un año, tres meses y 23 días de cárcel por otro delito continuado de estafa en concurso con un delito continuado de falsedad en documento privado.
El tribunal ha considerado probado entre 2005 y 2006, Eliseo Gil, «bien por sí o bien por medio de terceras personas», realizó «incisiones» para dotar de diversas inscripciones en 36 piezas arqueológicas tardo-romanas auténticas de cerámica. Todo ello, «con la intención de dotar a los hallazgos de yacimiento de un pretendido valor histórico-cultural-religioso que no tenían», sentencia.
El juzgado añade que, con la finalidad de conferir a las piezas arqueológicas esa «trazabilidad que no tenían» y «a sabiendas de la falsedad de los grafitos», Gil se concertó con Rubén Cerdán «para la realización de algún informe que pudiera corroborar la apariencia de autenticidad de que los grafitos que presentaban las piezas».
Con esta finalidad, convinieron que los informes versaran sobre la continuidad de la pátina superficial por tasa de cationes de las piezas arqueológicas que presentaban los considerados como grafitos excepcionales por Gil.
Fuente: ABC Cultura