La disfagia es la dificultad para tragar, que entorpece el paso de alimentos sólidos o líquidos desde la boca hasta el estómago, y puede aparecer como consecuencia del envejecimiento natural en el adulto mayor.
Si la persona es mayor y se suman padecimientos como accidentes cerebrovasculares, parálisis cerebral, párkinson, alzhéimer o cáncer, el riesgo de sufrir un atragantamiento será mayor, explicó la Lcda. Ilma Cruz, nutricionista de la Policlínica Don Alejandro de la Guardia, Hijo.
Lo que lleva a estar pendiente de las señales de alarma o algunos síntomas, como cambios en la respiración al comer o beber, babear y carraspear frecuentemente tras tragar.
Mientras que las manifestaciones clínicas son la pérdida de peso, asfixia, neumonía por aspiración y ronquera, entre algunas otras.
La Lcda. Cruz dijo que existen alimentos que a un paciente con estas complicaciones no se les debe dar, ya que podrían ser perjudiciales, por ejemplo:
- Alimentos con doble textura (sólido y líquido): sopa de fideo o leche con cereal.* Alimentos pegajosos (miel, mantequilla de maní).
- Alimentos que desprenden líquido al masticar (naranja melón sandía).
- Alimentos duros, secos y crujientes (pan tostado y frutos secos).
- Para dar de comer a personas con problemas de disfagia, se debe modificar la textura de los alimentos hacia una consistencia más suave, encaminados a facilitar la masticación, sin dejar a un lado que deben ser dietas equilibradas y variadas, que aporten suficientes nutrientes y energía, recalcó la Lcda. Cruz.
Este tema fue desarrollado para los cuidadores de pacientes que pertenecen al SADI (Sistema de Atención Domiciliaria Integral), quienes acuden a charlas periódicas, con el fin de mejorar el cuidado de su familiar.
Fuente: CSS