El preocupante aumento de la caza furtiva de rinocerontes en el sur de África en la última década ha obligado a los conservacionistas a poner en marcha medidas drásticas, desde la vigilancia 24 horas a fórmulas como cortarles el cuerno para evitar que sean blanco de los cazadores. Trabajando conjuntamente con reservas privadas, estatales y comunitarias, la organización Project Rhino lleva desde 2015 descornando rinocerontes en la región sudafricana de KwaZulu-Natal (este), la segunda con más mamíferos de este tipo de la nación y la que cuenta con más diversidad genética, en una medida que a priori suena controvertida.
«No es doloroso para los animales, es exactamente como cortar una uña. El animal está sedado, pero consciente y le tapamos los ojos y los oídos», explicó a Efe Chris Galliers, coordinador de Project Rhino, quien asegura que la iniciativa está dando buenos resultados. «En las reservas en las que lo hemos hecho, antes de 2015, el número total de rinocerontes cazados suponía el 25 % del total de la provincia. Desde que el descuerne empezó, esa cifra bajó al 5 %; los números nos dicen que la amenaza se reduce muy sustancialmente», detalló Galliers.
EFE