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Los orígenes del tiranosaurio son poco conocidos debido a la falta de información por una brecha de muestreo asociada con los altos niveles del mar que hubo durante el periodo Cretácico superior (hace entre 60 y 80 millones de años) en lo que hoy es América del Norte. Sin embargo, el investigador Sterling Nesbitt de la Universidad Virginia Tech (EE UU) y su equipo de paleontólogos han hallado nuevos datos sobre su origen tras descubrir dos esqueletos de una nueva especie de tiranosauroide en la cuenca de Zuni en Nuevo México.

Los detalles de esta nueva especie llamada Suskityrannus hazelae (‘suski’ es una palabra local de Zuni para decir coyote) han sido publicados esta semana en la revista Nature Ecology & Evolution. “El descubrimiento de Suskityrannus llena un vacío crítico en el registro fósil de dinosaurios tiranosauroides porque hay pocas especies entre el Cretácico temprano y el tardío, incluyendo al Tyrannosaurus rex”, cuenta a Sinc el también autor principal del estudio Sterling Nesbitt.

Los fósiles descritos por el equipo representan los especímenes más completos encontrados de un tiranosauroide cretácico medio. Según los expertos, este dinosaurio tenía un cráneo de unos 25 a 32 centímetros de largo total, un tamaño de cabeza similar al de un coyote (de ahí la referencia).

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