Europa, uno de los satélites naturales más enigmáticos de Júpiter, puede brillar en la oscuridad. Así lo han demostrado una serie de experimentos de laboratorio, según los que el tipo de hielo que cubre por completo la superficie de la luna joviana brilla cuando es bombardeado por radiación. El hallazgo, recién publicado en Nature Astronomy, podría ayudarnos a determinar la composición de sus llanuras heladas e, incluso, la de los vastos océanos que hay bajo la cubierta de hielo.

Debido a la forma en que el poderoso campo magnético de Júpiter acelera las partículas cargadas, Cada centímetro cuadrado de Europa es bombardeada constantemente por millones de electrones de alta energía. Y Murthy Gudipati, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, ha investigado junto a su equipo cómo la superficie helada de la luna de Júpiter podría estar reaccionando a ese bombardeo. Para ello, los investigadores dispararon electrones en su laboratorio sobre muestras de hielo enriquecidas con el mismo tipo de moléculas que pueden encontrarse en Europa.

Lo que hallaron les dejó sorprendidos. Cuando los electrones chocaban contra el hielo, rompían sus moléculas, y sus átomos constituyentes absorbían energía, que después volvían a emitir en forma de luz, causando un misterioso resplandor de color verde. El fenómeno era más o menos brillante según el tipo de molécula bombardeada. Por ejemplo, las que contenían cloruro de sodio brillaban mucho menos.

«Si imaginamos estar de pie en Europa contemplando el resplandor bajo nuestros pies -explica Gudipati-, el brillo sería similar a si estuvieras mirando al suelo bajo la luz de la luna llena. Pero la superficie de Europa es un entorno muy peligroso. Por lo tanto, aunque podemos imaginarnos de pie sobre ella, apenas unos segundos bastarían para matar a una persona».

De momento, no está previsto enviar seres humanos a Europa, pero la NASA ya está terminando de construir una sonda, la Europa Clipper, cuyo lanzamiento está previsto para 2024 y cuyo objetivo es estudiar esa luna al mismo tiempo que orbita alrededor de Júpiter. Sus instrumentos, por lo menos en potencia, podrían ser capaces de observar el hielo brillante, y utilizar ese resplandor y sus diferentes intensidades para determinar su composición en las distintas regiones.

«Existen evidencias de que hay océanos bajo los hielos de Europa que podrían ser habitables -dice Gudipati-. Y si ese es el caso, los minerales y sales que hay en esos océanos deberían intercambiarse con la superficie». Por eso, averiguar con exactitud cuál es la composición de esa superficie helada podría ayudarnos a comprender si los mares subterráneos de Europa tienen, o no, los ingredientes necesarios para la vida.

 

Fuente:  ABC Ciencia