Hay pocas obras de arte que arrastren una historia tan densa como el políptico de Gante, «El Cordero Místico». Los expertos belgas desvelaron ayer el resultado de la segunda fase de una restauración que no terminará hasta 2024. La obra ha recuperado el esplendor original que dejaron las manos de los hermanos Van Eyck en 1432 y ha vuelto a tener los colores y las formas originales, una vez que se le ha retirado toda la capa de retoques y barnices añadidos en las distintas intervenciones que se han llevado a cabo desde el siglo XVI.
El resultado es uno de estos grandes milagros de la belleza, porque la gruesa capa de barnices y lacas que ocupaba casi la mitad de la obra también ha preservado bien los pigmentos originales. Un trabajo técnico espectacular permitirá observarlo ahora –al menos estos fragmentos– en todo su esplendor.
Esta operación de restauración es la más importante de toda su historia. En la primera fase se repararon los paneles traseros de las dos puertas, aquellos que solo se ven cuando el conjunto está cerrado. Esta segunda se ha ocupado de la parte inferior, los dos paneles de la derecha, el de Los Peregrinos y Los Ermitaños, la gran escena central, la más compleja y la que da nombre a la obra, con sus paisajes, sus numerosos personajes y sus paisajes, y a la izquierda el de Los Caballeros de Cristo.
El último fragmento del conjunto, el de Los Jueces Justos, es una copia hecha en los años 40 para sustituir el original que fue robado y que, a pesar de las rocambolescas versiones que se publican cada cierto tiempo, no ha sido posible localizar. La restauración de los paneles superiores comenzará en cuanto se defina la financiación necesaria. El coste de la segunda fase ha sido de 900.000 euros.
ABC Cultura