Inundados como estamos por «selfies » que sin importar la hora asaltan las pantallas de nuestros teléfonos móviles , sorprende que el fenómeno tenga sus orígenes medio siglo atrás, cuando los «smartphone» eran aún un deber por hacer.
En 1963, Andy Warhol usó una foto que tomada en un fotomatón de Nueva York, y que acabó siendo el sello distintivo de la marca Warhol , para autoretratarse en una obra que será subastada el 28 de junio en la sede de Sotheby’s en Londres.
Será la primera vez que la pieza sea puesta a la venta, pues estuvo en una colección personal desde los años 80. Su precio estimado de salida ronda los siete millones de libras, el equivalente a unos 8 millones de euros .
La marca Warhol se había distinguido por, entre otra serie de características, hacer un culto al «selfie» que en sus inicios resultó transgresor. Así lo reconoció el especialista en arte contemporáneo de Sotheby’s, James Sevier: «Sus primeros autoretratos nunca han sido más relevantes para la cultura contemporánea. Este es un trabajo de una inmensa importancia histórica para el arte que marca el momento decisivo en el que Warhol se unió al canon de los más grandes autorretratistas».