Las semanas de confinamiento por el coronavirus fueron aprovechadas por los miembros del Staatsballet de Berlín para crear nuevas coreografías que ahora, con el regreso a una cierta normalidad en los escenarios, presentan con reglas de distanciamiento social.
La primera producción propia de la temporada del conjunto berlinés, “Lab_Works Covid_19: Choreographien aus der Isolation” tras la salida del confinamiento, que en Berlín fue ciertamente relativo, exhibe creaciones de bailarines para ellos mismos o sus compañeros.
El nuevo espectáculo “articula el examen artístico de la experiencia elemental del aislamiento en el momento del encierro a través de la danza”, según Christiane Theobald, directora comisaria del Staatsballet.
Las coreografías incluyen desde piezas para solo hasta una obra con siete bailarines -“Parliament”, de Johnny McMillan- que cierra de manera hipnóticamente brillante el espectáculo que se puede ver en la capital alemana hasta finales de octubre.
Acompañan las coreografías música de Franz Schubert, Radiohead, Frank Ocean o Pink Floyd, así como otras compuestas por los propios autores.
En cuanto al contenido, explicaron los responsables del conjunto berlinés, en las nuevas coreografías se reflexiona sobre cuestiones como la necesidad de cercanía y del apoyo personal, entretejidas con ideas futuristas sobre el mundo con el virus en “movimientos grupales que apelan a la conciencia colectiva”.
“Todo comenzó en casa cuando no podíamos trabajar en ningún estudio. Luego cuando se dio la posibilidad, rentamos un estudio pequeño en Berlín y comenzamos el trabajo”, explica a Efe la bailarina cubana Yolanda Correa, que interpreta “Du bist die Ruh'” (Eres la calma), con música de Schubert.
“Es un solo moderno, muy a tierra con movimientos primitivos y simples más con una fisicalidad muy fuerte”, añade Correa, solista del Staatsballet sobre la pieza inspirada en un poema de Friedrich Rückert: “quisimos verlo más como un rezo a la muerte, como alguien que añora un final, un descanso”.
“Han sido y siguen siendo tiempos difíciles. Y el estar fuera del escenario ha sido devastador. Pero, definitivamente ha abierto puertas a la creatividad”, considera Correa sobre la experiencia de no poder bailar pero, al tiempo, poder dedicar tiempo a estas nuevas coreografías.
“Un bailarín tiene que seguir entrenando de alguna forma para mantenerse sano y fuerte. En el tiempo que estuve aislada, intenté mantenerme ocupada. Hice sesiones de foto via facetime, conferencias, entrevistas”, recuerda sobre las semanas sin estar sobre un escenario.
“Leí mucho y descubrí mi fascinación por la psicología, una ciencia que me encantaría estudiar”, explica Correa, que fue primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba, y que cree que el confinamiento “ha probado una vez más la capacidad que tiene el ser humano de adaptación y de sobrevivir”.
“Crear una coreografía grupal sin poder estar en contacto con el otro genera buscar una conexión con los demás a otro nivel. El contacto físico es muy placentero, pero la conexión mental y sensorial es aún más”, opina por su parte Lucio Vidal, que interpreta “Parliament” con otros seis bailarines del Staatsballet.
“Se siente el vacío en la sala, ya que el aforo es limitado”, considera este bonaerense, premio Clarín Espectáculos Revelación en Danza 2009 y que en 2010 entró a formar parte de la Compañía Nacional de Danza dirigida por Nacho Duato.
“El confinamiento desde el punto de vista profesional me ha afectado positivamente. Estaba en un periodo de muchísimo trabajo, y un poco colapsado mentalmente. Me sirvió mucho para bajar el estrés que estaba sufriendo. Mi cuerpo necesitaba parar, física y mentalmente. Sanar lesiones que venía arrastrando por la cantidad de trabajo”, agrega sobre la experiencia.
Considera que “el hecho de no tener la posibilidad de trabajar dentro de una sala ha hecho que el trabajo sea más efectivo, ya que no se pierde el tiempo”.
Y sobre la pieza que cierra el espectáculo opina que “es un viaje físico y mental, donde estar alerta del otro y a la vez perderse en uno mismo se ponen en juego”.
El estreno de las nuevas coreografías del confinamiento reabre la temporada del Staatsballet berlinés junto con la gala “From Berlin with Love II”, en la que, como es habitual en este tipo de espectáculos, los bailarines se exhiben en piezas extraídas de los ballet más conocidos.
Esta gala -con fragmentos de “Giselle”, “Don Quijote”, “El Corsario” o “El lago de los cisnes”- se representa en la Staatsoper Unter den Linden con las normas de distanciamiento social vigentes, que limitan drásticamente el aforo del coliseo.
Al respecto de lo cual Correa agrega: el público “ha estado tan necesitado de arte y entretenimiento que también ha sido capaz de adaptarse”.
Fuente: EFE