La falta de conciencia sobre la conservación del ambiente y la naturaleza agrava la situación de nuestro desgastado planeta, producto de crecientes e insostenibles prácticas humanas como la ganadería, la agricultura y la minería, advierten especialistas en el marco de la celebración, hoy, de los 50 años del Día Mundial de la Tierra.
El Día Mundial de la Tierra empezó a celebrarse en los años 70, según los especialistas, ‘con el objetivo de llamar la atención de que íbamos mal; que hay muchas cosas por hacer y que somos los humanos parte del problema; por consiguiente, estamos llamados a ser parte de la solución’.
‘Hoy es más necesario que tomemos conciencia por la conservación de nuestro planeta, porque lo que estamos viendo es un cambio climático que cada día nos afecta más y más’, indicó Jacinto Rodríguez, biólogo y líder de la Fundación Agua Tierra.
‘En este momento tenemos un planeta en crisis producto de las malas prácticas antropogénicas, por la mala administración del único hogar que tenemos para vivir’, añadió Hilaria Martínez, bióloga ambiental y colaboradora del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI por sus siglas en inglés).
Para Rodríguez, lo que se observa en el planeta actualmente es una tragedia ecológica, porque las personas, más que reforestar y proteger las especies ‘lo que están haciendo es tumbando más árboles y colaborando a que se den incendios forestales’, a pesar de que los bosques son un elemento importante para la conservación del planeta, como lo señala el Acuerdo de París.
Como resultado de toda esta inconsciencia humana, lamentó Martínez, ‘hoy vivimos en un planeta en todos los sentidos colapsado por la contaminación y la desaparición de todo tipo de vida. Hemos contribuido en forma cruel a la desaparición de muchas especies y la destrucción de ecosistemas, sin importarnos nada, a pesar de que son vitales para la cadena alimentaria. Esto sin dejar por fuera que los ecosistemas también son de gran importancia para la provisión del agua que necesitamos para vivir.
Por otro lado, ‘el mal llamado desarrollo ha causado efectos devastadores en nuestro planeta como el calentamiento global y la destrucción de la capa de ozono’, recordó Martínez.
La grave sequía, las intensas olas de calor y el aumento de enfermedades en los animales y en los humanos, que se registran a nivel global igualmente son efectos de esos fenómenos, según los especialistas.