Decenas de miles de turistas se acercan cada año a Sapporo, en el norte de Japón, para contemplar las 200 esculturas de hielo presentadas durante el Festival de nieve, aunque esta última brilló por su ausencia en la edición de este año.
A causa de las temperaturas demasiado suaves de este año, las precipitaciones no bastaron y los organizadores se las tuvieron que ingeniar para poder construir las esculturas pese a la enorme escasez de materia prima.
«La falta de nieve es inaudita. Tuvimos que traerla de lugares a los que nunca antes habíamos tenido que recurrir», como Niseko, una ciudad situada a unos 60 km de Sapporo, explicó a la AFP Yumato Sato, un responsable de la organización del Festival de nieve.
De media, se necesitan unas 30.000 toneladas de nieve inmaculada para fabricar las esculturas, que representan desde personajes de dibujos animados a famosos caballos de carreras.
«La nieve no debe contener ningún tipo de suciedad, si no, las esculturas pueden romperse», precisó Sato.
Las nevadas de este año, excepcionalmente débiles, forzaron a varias estaciones de esquí de Japón a cerrar sus pistas.
Según la empresa especializada en meteorología Weathernews, una cuarta parte de las 400 estaciones encuestadas tuvieron que renunciar a abrir.
En Sapporo, capital de la isla de Hokkaido, la cantidad que cayó este año representa menos de la mitad de la media anual, según el observatorio local de la Agencia nacional de meteorología japonesa.
AFP