Los diputados franceses han aprobado de forma definitiva la ‘ley de movilidades, que, entre otras medidas, fija la prohibición de vender vehículos de combustión interna (diésel y gasolina) para 2040. Dicha medida se enmarca dentro del objetivo del Ejecutivo francés de que el país alcance la neutralidad en carbono en 2025, con una reducción intermedia de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del 37,5% para 2030, según informó en un comunicado.
El texto fija también que las administraciones locales puedan restringir la circulación a los vehículos menos contaminantes, según sus criterios. El ministerio de Transportes francés recordó que hay 23 comunidades, con una población total de más de 17 millones de habitantes, involucradas en el proceso y que han puesto en marcha este tipo de medidas.
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