Estar en el lugar adecuado en el momento oportuno le sirvió al barcelonés Alejo Cuervo, propietario de la librería especializada en vicio y subcultura Gigamesh, para firmar una de las maniobras más aplaudidas y provechosas de la historia de la industria editorial reciente. Esto es: fichar al todopoderoso George R. R. Martin antes de que la adaptación televisiva de «Canción de hielo y fuego» convirtiese la saga en un desbordante fenómeno cultural. En 2002, Cuervo pagó 5.000 dólares por hacerse con los derechos de «Juego de tronos»; el primer volumen de la serie, y empezó a publicar en su propio sello, Ediciones Gigamesh, una de las sagas más aplaudidas de la literatura fantástica.
De este entonces, Cuervo ha publicado en su sello «Choque de reyes», «Tormenta de espadas», «Festín de cuervos» y «Danza de dragones» y ha despachado cerca de 1,6 millones de ejemplares de la sala «Canción de hielo y fuego», un idilio que se ha visto frenado en seco después de que la editorial anunciase el viernes que no renovará los derechos para seguir editando en España en gran fenómeno literario del siglo XXI. ¿La razón? Un desacuerdo económico con el agente del escritor. «Aunque nos dé mucha pena, no podremos seguir publicando #CancióndeHieloyFuego porque el agente nos exige demasiado. Hay riesgos que no podemos asumir», lamentaba Ediciones Gigamesh desde su cuenta de Twitter.
Así las cosas, las dos novelas que faltan para terminar la saga, «Vientos de invierno» y «Sueño de primavera», verán la luz en España en un editorial diferente. También las nuevas impresiones de los primeros cinco volúmenes, cuyos ejemplares dejarán de estar disponibles en cuanto Gigamesh despache los últimos disponibles.
Ahora sólo falta, claro, que el escritor estadounidense se decida a terminarlos (o a empezarlo, como en el caso de «Sueño de primavera») y que la subasta de los derechos no desemboque en una nueva guerra editorial. De momento, y quizá por ir avanzando posiciones, Alfaguara se hizo con los derechos para la publicación en catalán de los títulos de la serie e incluso se adelantó unas semanas en la publicación en 2012 de la edición en castellano de «Danza de dragones». A la espera de ver qué ocurre, a Cuervo le queda el consuelo de haber sido parte de uno de los grandes fenómenos editoriales de los últimos años y, ahí es nada, haber podido invertir los beneficios en convertir Gigamesh, su librería, en el templo especializado en literatura fantástica más grande de Europa.
Fuente: ABC Cultura