En los últimos 50 años la Antártida ha ido perdiendo buena parte de la extensión de sus barreras heladas, y en el pasado febrero se registró un mínimo histórico. En medio de esta tendencia, el pasado julio un fragmento de hielo dos veces más grande que Luxemburgo se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C , un gran bloque flotante unido a las montañas de roca de la Antártida por un nexo de hielo. De golpe, la extensión de toda la plataforma se redujo en un 12%.
Ivestigadores del «Antarctic Survey» (BAS) han publicado un estudio en Nature Climate Change en el que han analizado los eventos que llevaron a la fractura, y además han seguido de cerca el rumbo del nuevo iceberg resultante, llamado A68. Gracias a los datos proporcionados por el satélite espacial europeo Sentinel-1 , del programa Copernicus, han podido comprobar que entre la placa de hielo y la montaña que lo sostenía se ha formado un hueco de al menos cinco kilómetros de ancho , lo que sugiere que el enorme bloque de hielo está flotando. Además, se ha formado un grupo de 11 icebergs secundarios, el mayor de los cuales llega a los 13 kilómetros de largo.
«Lo más interesante es que la fractura no ocurrió de golpe, sino que primero se formó una red de fracturas de la que todos estuvimos pendientes», ha dicho en The Guardian Anna Hogg , investigadora de la Universidad de Leeds y coautora del estudio.
«Las imágenes por satélite revelan que en la zona están sucediendo muchas cosas. Por ejemplo, podemos ver que las grietas siguen creciendo hacia una zona llamada «Bawden Ice Rise», una elevación que es muy importante para sostener el hielo restante», ha añadido.
Esto podría tener una preocupante consecuencia . Los investigadores creen que se rompería una especie de «tapa» que evita que los glaciares de la región montañosa se deslicen hacia el océano. Si esto ocurriera, podrían hacer aumentar el nivel del mar.
«Si una plataforma de hielo rompe contacto con una elevación, bien porque vaya perdiendo grosor o bien porque ocurra una fractura, la velocidad del hielo se puede acelerar de manera significativa, e incluso llevar a una mayor desestabilización. Parece que la historia de Larsen-C aún no ha acabado», ha dicho Hogg.
Los investigadores creen que es probable que aumente la inestabilidad del hielo en la zona. Y se cree que el gran iceberg A 68 ahora podría tener varios destinos: podría romperse en pedazos más pequeños, ser empujado por los vientos o ser arrastrado por las corrientes.