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El Gobierno Nacional, las comunidades de fe presentes en Panamá, la sociedad civil y representantes de diversas etnias del país, rindieron un homenaje a las víctimas y héroes de la pandemia con un responsorio realizado en la Catedral Basílica Santa María La Antigua.

El arzobispo metropolitano, José Domingo Ulloa, presidió esta ceremonia interreligiosa en compañía de los líderes de las comunidades de fe que conviven en nuestro suelo patrio, entre ellos el obispo Julio Murray, presidente del Comité Ecuménico de Panamá; Sheikh Mohamed El Sayed, de la Comunidad Musulmana de Panamá; Frank Kardonski, de la Comunidad Judía de Panamá; Yolanda Rodríguez, de la comunidad Bahá’i; y el pastor José Antonio MC Kella Cane, de la Alianza Evangélica de Panamá.

Por el Gobierno Nacional, asistieron la ministra de Gobierno, Janaina Tewaney Mencomo, en representación del presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, así como el resto de los ministros de Estado y los jefes de todos los estamentos de seguridad y directores de entidades.

“Representantes de las autoridades gubernamentales, de la sociedad civil, de las etnias y de las diversas comunidades de fe nos congregamos —sin ver nuestras diferencias políticas ni religiosas— para elevar juntos nuestras súplicas al Dios de la Vida, para que nos fortalezca, para que renueve nuestras esperanzas y la fe de que sí es posible construir un Panamá más justo, solidario y fraterno”, expresó el arzobispo durante la reflexión.

El arzobispo, indicó, que también oraron por los familiares de las víctimas para que reciban el don del consuelo, y por todos los que han sufrido los efectos de este virus, los que han pasado por la enfermedad, así como los que sufren y sufrirán sus consecuencias.

También destacó, que este responsorio se realiza en el inicio del Mes de la Patria y en la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos, que este año “representan el preludio de las celebraciones del bicentenario del país”, agregó.

“Es una ocasión propicia para reconocer a los patriotas que han protegido y acompañado a nuestro pueblo en esta crisis sanitaria y quienes han garantizado con su trabajo el funcionamiento de la sociedad”.

En ese sentido, mencionó al personal sanitario, “los grandes héroes de esta crisis; a los voluntarios de diversas organizaciones sociales y comunitarias; a los funcionarios de diversas instituciones gubernamentales; a los docentes, a las familias y a nuestros adultos mayores”.

El arzobispo, abogó por que “retornemos a la esencia de nuestra Patria, empecemos a derrumbar los muros que nos han ido separando, para construir puentes que permitan lograr deponer los intereses políticos, económicos, religiosos y personales, para hacer de Panamá, un país con un desarrollo humano, sustentable, en el que se respete la vida humana, la naturaleza y se busque el bien común”.

También hizo un llamado a todos los sectores del país a involucrarse activamente en el “Pacto del Bicentenario”, el diálogo al que convocará próximamente el Presidente de la República. “Invito a todos a cultivar en esta hora los valores imprescindibles del diálogo democrático: la tolerancia, la escucha, el respeto sincero y la búsqueda de integrar las distintas visiones. Y, sobre todo, la firme voluntad de privilegiar el bien común que solo es pleno cuando protege y promueve la dignidad de quienes son más pequeños y vulnerables”.

Pidió poner el diálogo nacional del Bicentenario a los pies de Dios para que nos conduzca por los senderos de la unidad en la reconstrucción de Panamá.

Posteriormente, los representantes de cada una de las comunidades de fe presentes en el territorio nacional, elevaron una plegaria en sus idiomas de origen por los difuntos, especialmente por los caídos durante la pandemia.

Representantes de cada uno de estos héroes durante la pandemia: Fuerza de Tarea Conjunta, el personal de salud, los productores agropecuarios, los educadores, estudiantes, los voluntarios del Sistema Nacional de Protección Civil y las “hormiguitas” y recolectores de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario encendieron una luz que colocaron sobre un mapa —representativo del istmo— lleno de claveles en recordación de las víctimas y por los sobrevivientes del virus.

El personal de salud, fue representado por el médico Alfredo Moltó y la enfermera Caridad Alfaro; la Fuerza de Tarea Conjunta, por la teniente María Agrazal; la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario, por los recolectores Máxima Padilla y César Aripe; los productores nacionales, por Orestes Combe; los voluntarios, por Cloris Fuentes; el sector educativo, por el profesor José Rojas. Además, representaron a las diversas culturas y etnias del país: Nancy Martínez, Héctor Ibarra y Raisa Asprilla.

Luego el arzobispo invitó a que se atenuaran las luces del templo, que todos los presentes encendieran la luz de su celular y que en los hogares encendieran velas en un minuto de recordación por las víctimas de la pandemia.

En nombre del Gobierno Nacional, la ministra de Gobierno, Janaina Tewaney Mencomo, solicitó que el sacrificio de las víctimas de la pandemia en Panamá inspire siempre la solidaridad y la unión entre todos nosotros.

La ceremonia concluyó con la proyección de un video sobre las torres de la Catedral Basílica Santa María La Antigua en homenaje a las víctimas y a los héroes que han luchado desde diferentes frentes de batalla contra la pandemia y para que el país no se detenga.

 

Fuente: Presidencia de la República de Panamá

 


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