El hallazgo ha sido totalmente casual, durante unos trabajos de restauración en la catedral de San Esteban de Viena. Sobre la gótica Puerta del Obispo, cubierta por siglos de suciedad y situada sobre lo que hoy en día es la tienda de recuerdos turísticos, los restauradores han destapado una pintura que desde el primer momento se perfiló como especialmente fina. Las pruebas de edad han determinado que data de principios del siglo XVI. Los exámenes de las partículas de color más pequeñas han descubierto un dibujo preliminar, que representa un altar alado pintado directamente sobre la pared.
Santa Catalina y Santa Margarita, motivos de la obra, aparecen representadas en las alas del altar y la riqueza de detalles es particularmente notable. «La calidad y las características del dibujo recuerdan inevitablemente a Durero», explica Bernd Euler-Rolle, director especialista de la Oficina de Monumentos Federales Austriaca (BDA), que ha convocado una conferencia de expertos para dilucidar si efectivamente corresponde la obra al máximo exponente del Renacimiento alemán. Y los especialistas coinciden en que los trazos y el estilo del dibujo son los característicos de Durero. Sólo hay un problema que impediría confiar con total tranquilidad en este diagnóstico y no es otro que no consta que Durero, a lo largo de sus 57 años de vida, llegase jamás a poner un pie en Viena.
Lo que es seguro es que nos encontramos ante una serie de evidencias que llevan al equipo de investigación a deducir que el autor fue Durero», afirma el director gerente de proyecto, Markus Santner, una teoría que defiende también Bernd Euler-Rolle, para quien «hay pruebas suficientes de la autoría en la calidad artística y en las características del detalle». Erwin Pokorny, que participó como especialista en Durero en el catálogo de la exposición actual sobre el pintor renacentista en la Albertina, no alberga tampoco dudas acerca de la firma de Durero en la obra recién descubierta. «La pregunta ha dejado de ser ya si Durero estuvo alguna vez en Viena, para convertirse en la cuestión sobre cuándo estuvo Durero en Viena, porque la virtuosa pincelada muestra claramente su letra», ha asegurado, avalando la teoría de la autoría.
Para preservar y desarrollar el trabajo, el Departamento de Conservación y Restauración de la Oficina de Monumentos Federales ha implementado un proyecto de conservación e investigación, en cooperación con los administradores de la catedral de San Esteban.
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