Islandía amplió su cuota de caza de ballenas hasta 2023, continuando así una política condenada por la comunidad internacional. El ministro de Pesca y Agricultura islandés, Kristjan Thor Juliusson, anunció el martes de noche que la cuota anual será de 209 capturas para el rorcual común o ballena de aleta, contra 161 en 2018, y de 217 para la ballena de Minke o rorcual pequeño, frente a 262 en 2018, esto hasta 2023. El gobierno declaró que se basó en las recomendaciones del Instituto islandés de investigación marina, así como en un informe de la universidad de Islandia, dado a conocer el 15 de enero, sobre el impacto macroeconómico de la caza de ballenas.

“Estamos comprometidos a utilizar los recursos naturales de manera sostenible, sobre la base de un asesoramiento científico”, dijo el ministro ante cámaras de la televisión pública islandesa. “Estas cuotas tienen una base científica, son sostenibles, se vigilarán y cumplen con el derecho internacional (…) Sobre estas bases se fundó esta decisión”. Según el informe de la universidad de Islandia, la caza de ballenas sigue siendo rentable para el país, y ha generado ingresos de 1.410 millones de coronas islandesas (unos 10 millones de euros) al año, entre 2009 y 2017. La temporada de caza de ballenas en Islandia comienza habitualmente en junio.

AFP