A pocas semanas de la gran peregrinación a La Meca, Arabia Saudita se enfrenta a una difícil decisión: ¿limitar el número de peregrinos o anular el “hajj”, una de las mayores aglomeraciones de gente en el mundo, debido a la enfermedad covid-19?
Pese a que el tiempo apremia, el reino aún no ha tomado una decisión respecto al hajj, la peregrinación previsto para fines de julio.
En 2019, la peregrinación que cualquier musulmán debería realizar al menos una vez en su vida si tiene los medios para ello, congregó a 2,5 millones de fieles.
Semejante aglomeración parece descartada este año: Riad pidió a fines de marzo a los países musulmanes –encargados de seleccionar a los peregrinos candidatos, pagar por adelantado sus gastos de alojamiento y trasporte, etc– que postergaran los preparativos.
La decisión sobre el hajj “será tomada y anunciada próximamente”, asegura un responsable saudí.
Indonesia, país musulmán más poblado del mundo, tomó la “amarga y difícil” decisión de renunciar al hajj, al igual que Malasia y Singapur.
Senegal suspendió “todas las formalidades para el viaje” de los peregrinos. Otros países, como Egipto, Marruecos, Turquía o Líbano, siguen esperando una decisión de Arabia Saudita.
En Francia, el Consejo francés del culto musulmán instó a los fieles a “posterga” su peregrinación a 2021.
Fuente: AFP