Tecnología avanzada ha ofrecido evidencia de que los humanos cazaron y mataron perezosos gigantes, extinguidos al final del Pleistoceno, hace unos 10.500 años, en la pampa argentina. Dataciones de radiocarbono de restos de un espécimen de perezoso gigante desafían la hipótesis popular de que los megamamíferos de América del Sur sobrevivieron bien durante el Holoceno en la Pampa, y sugieren que llegaron a extinguirse aún en el Pleistoceno.

La pérdida de hasta el 90% de las especies de animales grandes en los continentes sin hielo ocurrió durante el final del Pleistoceno, y muchas especies de megafauna se extinguieron. Hasta la fecha, los estudios han sugerido que los seres humanos y/o los eventos impulsados por el clima podrían ser los culpables de la pérdida de la megafauna, pero las causas y la dinámica de la extinción de la megafauna son difíciles de determinar, y la evidencia directa de la depredación humana por la megafauna es escasa.

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