Es un Óscar con acento latino: celebra a México, premia a Chile… y hace honor a los monstruos de Guillermo del Toro.
El mexicano brilló con «La forma del agua», que se llevó el domingo 4 estatuillas -incluido el galardón principal, el de mejor película, y el de mejor dirección- en una ceremonia que además estuvo marcada por referencias a la política antiinmigratoria del presidente estadounidense Donald Trump -un tema que toca muy de cerca a México-, y los mensajes a favor de la inclusión.
Fue también la noche de la chilena «Una mujer fantástica», la primera película protagonizada por una transgénero en llevarse un Óscar, y de «Coco», inspirada en el día de muertos de México, que fue premiada como mejor cinta animada.
«Soy un inmigrante, como muchos, muchos de ustedes, y en los últimos 25 años he vivido en un país que es de todos nosotros: tiene partes de aquí, de Europa, de todas partes, porque creo que lo más maravilloso que se puede hacer -y nuestra industria lo hace- es borrar las líneas en la arena», expresó Del Toro al recibir el premio
Del Toro ganó con una cinta fantástica, que cuenta la historia de amor entre una mujer muda que trabaja como limpiadora en una base ultrasecreta en el Estados Unidos de la Guerra Fría y un humanoide anfibio atrapado y cautivo allí.
Sus premios fueron recibidos entre gritos, aplausos y música de mariachi en su natal Guadalajara, donde amigos y seguidores del cineasta se reunieron en un centro comercial a ver la premiación y luego se trasladaron a una plaza para celebrar… Como si fuera un triunfo de la selección de fútbol.
Del Toro, nominado en 2007 por «El laberinto del fauno», que se llevó tres Óscar, aunque no el de director, revisó la tarjeta para confirmar que fuera la correcta, una broma que hace referencia al caos del año pasado en el anuncio a mejor película, que se conoció como el «sobregate».