En estos días que la globalización está tan en boga por sus implicaciones en la transmisión de enfermedades humanas, es si cabe más importante poner de manifiesto también las consecuencias sobre nuestros bosques. La conciencia medioambiental se ha incrementado notablemente, especialmente en los efectos del cambio climático y la deforestación. Sin embargo, los investigadores de la Unidad de Patología Forestal del Campus de Palencia de la Universidad de Valladolid (iuFOR; UVa-INIA) han puesto de manifiesto que otro aspecto no tan conocido para la sociedad como son las introducciones de plagas y enfermedades exóticas es uno de los mayores retos medioambientales a nivel mundial.
La globalización no sólo ha implicado un incremento en el movimiento de las personas, sino también del comercio con plantas, semillas, madera y otros elementos, lo cual conlleva un incremento exponencial de especies exóticas invasoras, según los investigadores.
Se estima que las pérdidas ocasionadas por estas especies son de al menos 12.000 millones de euros anuales solo en Europa.
Entre las enfermedades exóticas, es la grafiosis del olmo la más conocida por la sociedad porque supuso la práctica desaparición de los olmos del paisaje forestal en la década de los 80. Sin embargo, otras muchas, de reciente aparición como el nematodo de la madera del pino, el chancro resinoso del pino y el decaimiento del aliso, entre otras, no son tan conocidas y están modificando el actual paisaje forestal.
La introducción de nuevas plagas y enfermedades lejos de verse reducida se está incrementando exponencialmente en las últimas décadas. De hecho, el listado de especies que son una amenaza para nuestros bosques es enorme y no deja de crecer, tal como recoge la EPPO (Organización Europea y Mediterránea de Protección Vegetal) en sus listados de especies de cuarentena.
Fuente: ECOticias