A 5 años de celebrarse la publicación de la Encíclica Laudato Sí, el máximo representante de la Iglesia Católica en Panamá, destacó que una vez la pandemia pase, la misma, dejará una oportunidad única para comenzar de nuevo y asegurarnos que el mundo que surja luego de esta crisis, sea sostenible y justo.
El ministro de Ambiente, Milciades Concepción participó de la eucarístia, presidida por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa quién destacó que “el Ministerio de Ambiente se une a la campaña global del quinto aniversario de la carta encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de nuestra casa común, la Tierra”.
Señaló Concepción que “el acercamiento con la Iglesia Católica, desde la Arquidiócesis de Panamá nos ha permitido unificar criterios para entender la Encíclica desde su génesis y conectar con las líneas estratégicas que desarrollamos y poder coordinar acciones en conjunto”.
“Hacer alianza con la Iglesia Católica en difundir y practicar el mensaje del Laudato sí, es un gran paso y es congruente con los programas del Ministerio de Ambiente, hacer educación ambiental con la gente y para la gente, sensibilizando y capacitando para la organización y la participación desde una visión de empoderamiento de los recursos naturales para su mejoramiento de vida, aportando así a la erradicación de la sexta frontera, como lo es la pobreza” aseveró el titular de MiAmbiente.
Subrayó que la pandemia que estamos confrontando, igualmente podemos interpretarla como un llamado para no seguir destruyendo nuestra biodiversidad. Agegó que los virus y bacterias, que naturalmente conviven con las especies de fauna silvestre en la naturaleza, al destruir sus hábitats o al ser capturados o consumidos por los humanos; pueden provocar enfermedades como posiblemente el covid-19 y otras afecciones, como ha ocurrico en décadas y siglos pasados.
Por su parte, monseñor Ulloa destacó que “en la Encíclica el Papa Francisco hace un diagnóstico detallado de los males del Planeta: la contaminación; el cambio climático; la desaparición de la biodiversidad; la deuda ecológica entre el Norte y el Sur del mundo, vinculada a los desequilibrios comerciales y el predominio de la tecnocracia y las finanzas”.
Ciertamente, la Encíclica subraya que es necesario invertir en la formación a una ecología integral; incluso en los pequeños gestos que son suficientes: hacer la recolección diferenciada, no desperdiciar agua y alimentos, apagar las luces innecesarias, cubrirse un poco más en lugar de encender la calefacción, destacó Ulloa.
Concluye el titular de Ambiente que “sigamos trabajando unidos, para que el profundo mensaje de Laudato sí, lo hagamos realidad y agradeció al Papa Francisco, por enseñarnos a comprender a través de esta encíclica, que el medio ambiente es un don de Dios, un patrimonio común que debe ser administrado y no destruido”.
Fuente: MiAmbiente