Los lugares más turísticos de Asia, como los templos de Angkor en Camboya o la plaza Tiananmen en China se están quedando vacíos por la epidemia de coronavirus.
En China, donde se detectó el COVID-19 en diciembre, los lugares turísticos llevan semanas sin visitantes.
Es el caso de la plaza de Tiananmen, en Pekín, donde ya nadie se hace fotos junto al enorme retrato de Mao Zedong. O en el Bund, la célebre avenida de Shanghái junto al río Huangpu, ahora vacía.
Lo mismo pasa en otros países de Asia, donde el número de turistas chinos cayó desde enero entre un 80% y un 90%, consecuencia de la decisión del gobierno chino de prohibir las visitas turísticas en grupo al extranjero para contener la enfermedad.
En Camboya, los templos de Angkor, cerca de Siem Reap, que suelen recibir cinco millones de turistas cada año, están vacíos.
“No tengo ningún grupo desde el mes de enero”, explica Hor Sophea, un guía en lengua china. “No sé cuánto tiempo podremos continuar así”.
En Tokio, la capital de Japón, solo se ve a un visitante en el templo Senso-ji, que suele atraer cada año a 30 millones de visitantes. En la isla de Bali (Indonesia), los barcos turísticos están amarrados el muelle.
Por su parte Australia cerró sus fronteras a los visitantes que hayan estado en China, una medida que provocó una caída drástica de los turistas. En 2018, 143 millones de chinos visitaron el país y gastaron unos 12.000 millones de dólares.
AFP