El pintor y escultor figurativo Eduardo Arroyo, fallecido en Madrid a los 81 años, es uno de los artistas más relevantes del arte español del siglo XX y el gran exponente de la llamada “figuración narrativa”. Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) se exilió voluntariamente en París en 1958, donde permaneció hasta la llegada de la democracia a España a finales de los años setenta. En la capital francesa comenzó su actividad como pintor, además de dedicarse al periodismo.

Artista autodidacta, pronto conectó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia y desempeñó un importante papel dentro de los sectores progresistas de la cultura francesa.
Compaginó a lo largo de su carrera varias actividades artísticas, como la pintura, la escultura y la escenografía.

EFE